Ante una insinuación de presunta llovizna, a la hora señalada y sin demoras que pudieren alterar la rigidez de los tiempos en la TV de aire; comenzó el encuentro mostrando a un Ferro que no tardó en tomar el protagonismo del juego, mas allá de la juventud de su plantel, los buenos resultados obtenidos en fechas pasadas conjugando la racha adversa de la visita, los dirigidos por Pereyra se adelantaron en el campo de juego y obligaron a que San Martín se repliegue en su zona defensiva.

En estos primeros instantes se pudo observar a Luis Catalan rápido en la recuperación, a un inquieto Matias Carabajal que aportaba dinámica en la ofensiva y a Luis Salmerón siempre como variante de la recepción en ataque.
Así fue que en 10 minutos de juego, el calvo delantero verdolaga exigió a Manchado para que desvíe la primera situación del Local, pocos segundos después también Barale, para Ferro, tuvo la oportunidad frente al arquero mendocino ingresando por la derecha.

La propuesta de los de Caballito no logró mantenerse por mucho tiempo, si bien persistió en la presión de los últimos metros, la defensa de San Martín supo consolidarse, el mediocampista y capitán Luís Alastra comenzó a aportar recuperaciones de juego, y con la contribución de sus bandas, Almaraz y Silvio Molina, logró emparejar el dominio. Poco a poco se hicieron presentes Montagna, Silvio Prieto y quien hasta ese momento aún no suponíamos que estaba llamado a ser actor principal de este espectáculo que nos convoca en el presente comentario: Pablo López.

El chacarero también contó con sus oportunidades de anotar. Llegando a los 20 minutos el zaguero Azcurra cabecea de frente a la portería de Martín Ríos y este último responde con una muestra de excelente reflejo y destreza manoteando abajo y a la derecha, jugada que primero pareció dudosa, pero que luego se comprobó en forma certera que la pelota había ingresado dentro del arco, circunstancia no advertida por el línea ni el arbitro del encuentro, allí por los 37 minutos de juego vuelve a aparecer Ríos, esta vez para enviar al corner un remate de larga distancia que había provocado un mal pique.
De la primera etapa se observó una clara paridad entre los equipos, que exigieron su resistencia física sobre su técnica futbolística.

Ya en el segundo tiempo, cuando todavía era tímido el rozar del sudor sobre los cuerpos de los protagonistas, fue Pablo López para San Martín quien supo aportar la individualidad que podía cimentar una diferencia en el juego, primero exigiendo una vez mas al atento arquero de Ferro, y luego, en 4 minutos, definiendo con un preciso remate desde la medialuna del área para conseguir el gol.

De allí en más, sucedió lo más previsible ante tal circunstancia: el local sale a atacar dejando huecos defensivos, y el ganador especula con el contraataque. Ferro se adelantó decido a la búsqueda de la paridad, movió piezas del banco, varío su esquema formando línea de tres defensores e incrementando recursos de ofensiva, llegaba y chocaba tanto con su desorden como con una segura defensa, tuvo opciones en 2 oportunidades con llegadas claras de Luís Salmerón que falló en la definición, y con un remate largo de Castellani que Manchado atajó. No supo sacar provecho del juego aéreo y se vio complicado siempre que Pablo López, gran figura, tomaba contacto con el Balón, lo cuidaba y sacaba provecho de sus parteneres de juego como Montagna, Prieto, luego Balmaceda.

Se destacaron en defensa Azcurra, Alastra y Almaraz, y de esta manera supieron fundamentar lo que a la poste fue un justo triunfo del chacarero. La superioridad no fue por demás elevada, pero el peso del oficio de su mediocampo, y la acertada actuación del mencionado López se alzaron ante el ansioso pero poco preciso elenco local.