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Desde el primer minuto de juego, Alvarado se paró en campo de Rivadavia, dispuesto a pelear el partido en cada pelota. En esos primeros minutos era el local el que manejaba el trámite del partido, con buen trato del balón en los pies de Ceballos y una gran predisposición en la recuperación de la pelota. Sin embargo, sería el Rojo, quién tendría la primer clara del partido en los pies de Diego Vera, luego de un formidable pase de Gustavo Nonino, pero su definición cruzada a media altura fue bien contenida por Benitez, el arquero local.
En los minutos siguientes Alvarado siguió buscando abrir el marcador con pasajes de aceptable nivel futbolístico y mucha garra, lo que le permitió crear varias situaciones netas de gol, que acrecentaron la figura de Fibiger.
Pero como minutos antes, fue otra vez Rivadavia y otra vez Vera, el que desperdició la mejor oportunidad de abrir el marcador, definiendo por arriba del travesaño ante el cruce del defensor Di Bártolo y el achique del arquero.
De esta forma de esfumaron los primeros 45`, con un Alvarado muy luchador que tenía en Ceballos su única esperanza de fútbol, quién intentaba como podía, y un Rivadavia mucho más inteligente, gracias al gran trabajo de Muñoz, Alsina, y algunas delicias del “Chueco” Nonino.
El comienzo del complemento, mostró un Rivadavia más preciso y seguro, tratando de tomar un protagonismo digno del inalcanzable puntero de la zona.
Sin embargo, y por arte de su propia imaginación, el juez del encuentro Miguel Guerrero de Necochea (luego sería figura excluyente) fabrica un penal inexistente al diez local, y el propio jugador con una buena definición pone el injusto 1 a 0 a los 14´.
Con Guille Suarez y Joaquin Pirez en la cancha el Rojo fue decidido a buscar el empate y contó con algunas situaciones para lograrlo, sin embargo el arquero local y algún que otro rebote las desvanecieron.
Como si fuera poco y por si la parcialidad local, sedienta de un triunfo que lo tranquilizara en la lucha por no descender, no se había quedado conforme con el penal inventado, este señor de negro (repito- de la ciudad de Necochea), no sancionó una clara mano en el área local, que hubiera significado el posible empate de la visita, de la cual sale el contragolpe matador que terminaría con el pase a la red de Pereira. Minuto 36`, partido liquidado.
Para compensar un poco, este triste magistrado, no le mostró la segunda amarilla a Leo Schiavi en una jugada que al menos era anaranjada.
La gente del Alva completó un fin de semana redondo. Festejó un triunfo muy sufrido y esperado, soñando con la posibilidad de esquivarle al fantasma del descenso, y se acordó de la derrota de su clásico rival Aldosivi, equipo que pelea por el ascenso, nada más y nada menos que a primera división.
Al rojo le queda Grupo Universitario el domingo que viene para cerrar la zona con un triunfo ante su gente, y luego dos semanas de descanso y recuperación pensando de lleno en los play-offs.
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