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Cadetes ganó la pulseada. |
El equipo de Zwicker fue sólido, casi siempre tuvo superioridad numérica en la pelea en el medio y ganó con justicia. Incluso, sobre el final, pudo ampliar la diferencia. Nahuel Roda, de cabeza y tras un serio error defensivo del rival, marcó el único gol del partido.
Sorpresa y media. El pueblo de Alvarado renovó la ilusión y acudió esperanzado a la primera cita de este Argentino B de fútbol. Y se encontró con un equipo sin respuestas, que casi nunca se sintió cómodo dentro del partido. Cadetes, el que llegó en silencio, se sintió protagonista en la fiesta ajena, impuso sus condiciones en el medio, aprovechó un error defensivo para ponerse en ventaja y después supo defenderla. Así se impuso 1-0 en el estadio José María Minella en el cotejo que abrió la zona B del torneo.
Al equipo de Marcelo Zwicker no le pesó la presentación en el torneo. No se asustó del marco, ni de los nombres de Alvarado. Más corto, más compacto, apostó por ganar la pulseada en el sector central, imponiendo la vitalidad, el generoso despliegue físico de sus mediocampistas para establecer ventaja numérica en cada pelota dividida, fundamentalmente por los costados. Y consiguió su propósito en la primera mitad. Con relativa comodidad.
Claro que le faltó precisión para manejar la pelota de tres cuartos de cancha en adelante. La cancha, muy rápida, lo complicó para controlarla. Entonces, su supremacía fue sobre todo táctica territorial.
Mientras, Alvarado no podía con la presión rival. Con mediocampistas con escaso poder de recuperación, pocas veces encontró la pelota. El enorme esfuerzo de Ezequiel Ceballos para recorrer terreno hacia atrás y los costados para adueñarse del balón fue estéril. Y no hubo en las filas de los dirigidos por Giuntini otra alternativa para armar juego.
Fiscella, en la primera parte, fue un espectador de lujo del partido. Las pocas chances fueron de Cadetes. Aunque todas con remates desde afuera del área. A los 9', Arrúa intentó sorprender a Bustos con un remate de emboquillada desde casi 40 metros que se fue apenas por sobre el travesaño.
Pasada la media hora, tras una combinación con Arrúa, Federico Santiago se animó y probó desde 25 metros con un derechazo que rebotó en un poste. Y a los 39' se animó Alesi con otro remate desde lejos que rebotó en el ángulo del arco de Bustos.
El viento, que en la primera parte favoreció a Cadetes, pareció jugar su partido en el complemento. Fugazmente enfrascado en progresar en la cancha a partir del pelotazo desde el saque de arco, posicionalmente, el equipo de Zwicker se vio obligado a jugar más cerca de su arco.
Pero, en la primera vez que progresó por abajo, a los 9' Felices escaló por su lateral y forzó un tiro de esquina. Lo ejecutó desde la derecha Federico Santiago. Toda la defensa de Alvarado, atornillada al piso, miró. Y Nahuel Roda, muy libre, metió un frentazo alto que superó al "Gato" Bustos. El 1-0, por entonces, no le caía mal al desarrollo del partido.
Con la ventaja, Cadetes se paró para contraatacar y explotar la lentitud de los centrales de Alvarado. Villa, a los 16', le ganó mano a mano a Antonio y remató dentro del área al cuerpo del arquero.
Pero Ezequiel Ceballos apareció y rompió el lineal desarrollo del partido. Fue una ráfaga. Diez minutos en los que Alvarado estuvo cerca de empatar. "Trapito", por fin, pudo encontrar la pelota y apareció el juego. A los 21', intentó meter una cortada al área que se llevó una pierna por delante, se levantó y terminó en la cabeza de Lema. El ex Platense le cambió el palo a la salida en falso de Fiscella, pero surgió Luengo y rechazó sobre la línea.
Cuatro minutos después, el ex Racing desbordó por la derecha y cruzó por sobre la defensa un precioso pase para Lema. El delantero no le entró bien a la pelota, su remate cruzó el arco y Gigena, en el segundo palo, no pudo desviarlo a la red.
Por último, a los 30', tras un pelotazo de Martín Pereira, Cristian Pereyra quedó en posición de gol, pero Fiscella resolvió bien el mano a mano.
El ingreso de estos dos modificó la estructura defensiva de Alvarado. Para que ingrese el delantero tuvo que salir Homero Díaz y Gáspari, con el perfil cambiado, fue a defender esa posición. Sin el respaldo de Aspitia, quien ya había salido para dejarle lugar al otro Pereira.
El equipo de Giuntini comenzó a flaquear por su costado izquierdo. Zwicker, rápido de reflejos, lo mandó a la cancha a Alejandro Aguirre y lo recostó sobre la derecha. Así, en la parte final, Cadetes se hizo un pic-nic por ese costado y, si quedaban dudas, justificó totalmente el resultado.
El propio Aguirre hizo una genialidad a los 36' con un notable enganche para hacer seguir de largo a Antonio y quedar mano a mano con Bustos. Pero el arquero se jugó la vida y tapó con el cuerpo. Cuatro minutos después Guiñazú definió alto de cabeza tras una buena jugada por la derecha de Villa, a esa altura agotado tras realizar un gran sacrificio. Y en tiempo agregado el ingresado Alejandroff, otra vez por esa banda, eliminó a Stingo y lo dejó libre a Guiñazú: pero el ex Banfield, libre, remató tan mal que el balón salió por el lateral.
La impotencia de Alvarado en el final quedó reflejada en la expulsión de Jorge Antonio y en un patadón de Gáspari a Villa (le había metido un caño previo a Céliz) que hubiera merecido algo más que la amonestación que mostró Mella.
Cadetes, en definitiva, tuvo un debut soñado. Lo de Alvarado, en cambio, se asemejó a una pesadilla.
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Gentileza de Diario La Capital |
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