Santamarina volvió a perder como visitante. El Aurinegro cosechó un nuevo traspié fuera de casa, al caer ante El Linqueño por 2 a 3 en un encuentro de trámite cambiante. Estos fueron los primeros tres puntos del equipo de Lincoln en el torneo.
El Linqueño de Lincoln | Santamarina de Tandil | Argentino B | Por Eduardo Adrian Barreyra.	13-02-2006

Nada de trascendencia había pasado en los primeros minutos del encuentro, hasta que a los 8´ Luciano Millares desbordó a Derlis Correa por la derecha y definió por sobre Sieracky, que salía presuroso a tapar. Con la ventaja, el local manejó el balón con tranquilidad y generó peligro con los desbordes por ambos costados, donde, tanto Correa como Ortíz se vieron superados en todo momento. Por su parte, Santamarina, a lo largo de todo el primer tiempo tuvo muchos inconvenientes para generar juego, Gullace nunca encontró un socio y debió debatirse en soledad acabando en la intrascendencia. Para la segunda mitad, Pernía mandó a la cancha a Zabaleta por Semper en busca, precisamente, de mayor volumen de juego pero sin resultado alguno. Para colmo a los 13 Ermini se escapó de la endeble marca de Ortiz y Sieracky le cometió penal. El central Lucas Cañón lo cambió por gol con fuerte remate. 2 a 0. Cuando parecía que se venía la noche para la visita, de inmediato llegó el descuento: Gullace ejecutó un tiro libre por afuera de la barrera dejando sin chances a Lanare, que sólo atinó a mirar. El descuento, sumado a la expulsión por doble amarilla de Cañón dieron una inyección de ánimo a Santamarina que reaccionó y llegó al empate a los 26´ por intermedio de Alustiza, quién definió de zurda ante la salida del arquero. Igualdad y buen panorama para el aurinegro, que parecía que inclinaba la balanza del partido con un hombre más. Pero la hipótesis se derrumbó cuando faltaban 3´ para el cierre del juego. Sieracky salió apresuradamente chocó con Ermini y el juez marcó penal y roja para el golero. El propio Ermini se encargó de ajusticiar a Ijurco que ingresó en reemplazó de Bucci. 3 a 2 a los 43. No hubo tiempo para ensayar la reacción aurinegra, que por lo hecho en el segundo tiempo mereció algo más. Pero nuevamente se vino con las manos vacías de una incursión fuera de Tandíl.

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